Los últimos datos de la Encuesta de la Población Activa revelan que el empleo en el sector TIC ha crecido a un ritmo del 18,3% en 2020, generando una tasa total del 73,91%. Sin embargo, sorprende ver que algunos de los perfiles más especializados, como aquellos vinculados a la programación, siguen siendo los más difíciles de encontrar. Algo que obedece, en muchos casos, a las carencias que aún tiene la formación dentro de este ámbito.
Desgraciadamente, durante estos años no todos los sistemas educativos han podido o han sabido incorporar la programación en sus planes de estudio y darle la importancia que merece por su creciente popularidad en el mercado laboral. Por suerte, las entidades que ya estaban especializadas en programación han ideado dinámicas como los bootcamps, una formación práctica que incluye retos y diferentes pruebas y que es fundamental para impulsar la profesión de programador.
Una disciplina profesional en la que, según Barcelona Digital Talent, el porcentaje de personas que encuentran trabajo está entre el 70% y el 95%. Así, no es de extrañar que muchas instituciones emprendan acciones de apoyo, como el Ayuntamiento de Barcelona, que invertirá 5,3 millones de euros en los próximos cinco años para formar a 3.000 programadores.
Ante esta realidad, las empresas no se pueden quedar paradas y esperar que el mercado laboral se transforme de un día para otro. Por eso, tanto las compañías especializadas en tecnología, como aquellas que cada vez la incorporan más en sus procesos, deben destinar esfuerzos a todos los niveles, incluyendo la inversión, para contribuir a una profesionalización cada vez mayor de la programación. En este punto, es importante tener en cuenta la diversidad profesional del mundo tecnológico y, concretamente, del de los programadores. Por eso, estar al día de las últimas técnicas para no solo promover, sino liderar y abanderar esta profesionalización es esencial. Es el caso de la especialización en código back-end y front-end que, según Recruit, aumentará en un 30% durante 2021, o el Low Code, una tecnología ágil cuyo mercado se espera que crezca un 23% durante este año, según Gartner.
Fuente: El Economista
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